Ubicado en Madrid, con vistas privilegiadas al Parque Santander, el Apartamento ML7 se presentó como un lienzo lleno de posibilidades. Los clientes tenían un objetivo claro: revitalizar el espacio, actualizarlo y conferirle una identidad propia que se sintiera moderna y diferente.
Con tan solo 40 m², este estudio longitudinal y mono-orientado requería una profunda reinterpretación de su distribución. La configuración inicial presentaba grandes carencias: espacios excesivamente segmentados, áreas de servicio desproporcionadas, ambientes oscuros y una total falta de fluidez. Aunque contaba con una terraza de 3 m² orientada al sur y con vistas excepcionales, la luz natural que ingresaba al interior era limitada. Además, un largo corredor desconectado del resto de las estancias reforzaba la sensación de claustrofobia y desconexión, dejando al apartamento sin la vitalidad que demandaba.
Las necesidades del proyecto eran claras: maximizar la entrada de luz natural, crear espacios sociales amplios y flexibles, y rediseñar el área privada para optimizar su funcionalidad. El reto principal era lograr un diseño versátil que se adaptara a diversos perfiles, ya fuera una pareja joven, una persona soltera o alguien mayor, respondiendo a las demandas de un estilo de vida contemporáneo.
El enfoque principal del diseño fue funcional: reorganizar los espacios para maximizar los metros útiles y conectar el interior con la terraza y su orientación privilegiada. Se mantuvo un eje de circulación eficiente que articulara todas las estancias. El baño se ubicó en la zona más alejada del exterior, absorbiendo ángulos incómodos para liberar las áreas principales.
El dormitorio, concebido como un espacio semiabierto, se elevó 15 cm sobre la cota general, lo que permitió resolver la instalación de tuberías y definirlo como una estancia diferenciada. Para mejorar la iluminación, se integró una ventana interior con vidrio mate y se añadieron armarios con puertas espejo que reflejan y amplifican la luz en todo el ambiente.
La cocina fue completamente rediseñada para convertirse en un espacio funcional, equipado con electrodomésticos modernos y conectado visualmente con el estar y la terraza. Este diseño integrado generó un ambiente diáfano, bien iluminado y con vistas tanto al parque como a la ciudad, otorgando al apartamento la sensación de amplitud y vitalidad que antes le faltaba.
El resultado final del Apartamento ML7 es una composición fluida y contemporánea que logra aprovechar cada metro cuadrado disponible. La conexión visual entre los espacios y la terraza redefine la experiencia de habitar un estudio pequeño, permitiendo disfrutar de su entorno de forma plena. Más allá de cumplir con los objetivos planteados por los clientes, esta reforma demostró que los retos espaciales pueden convertirse en oportunidades para reimaginar el potencial de un lugar. ML7 no solo es un ejemplo de diseño funcional, sino una declaración sobre cómo transformar las limitaciones en virtudes arquitectónicas.